¡Quiero volver a ser una niña!
Estos dos últimos fines de semana he vuelto a León. A mi pueblo, Villafañe.
He dado un paseo y me han venido muchisimos recuerdos a la cabeza. Buenos y malos, pero hoy me quedo con los buenos.
Entre ellos, esta canaleta.
El agua siempre esta congelada, sea verano o invierno.
Mi abuela, a veces, lavaba la ropa justo en este punto.
El sonido de la ropa chocando con la madera y mi abuela frotándola con fuerza.
El agua se volvia blanca por culpa de la pastilla de jabón lagarto que usaba.
Las charcas del alrededor y el sonido de las ranas, croando y saltando.
Con una amiga, nos dejábamos llevar por la corriente para luego volver a contracorriente, para nosotras era mejor que una montaña rusa. Ahora es mi perro quién disfruta de eso.
Lo dicho ¡Quiero volver a ser una niña!



También hice un postre este fin de semana. Tarta de manzana, de manzana de mi huerta. Una con chocolate.