5.11.12

MRW

Ella estaba sentada en el borde de la cama.
Sola.
Sentía en cada poro de su piel una soledad que le estaba consumiendo.
En la mano, su teléfono lleno de nombres.
Y a ningún número que llamar.
Estaba bien. Normal. Nada de tristeza, pero nada de felicidad.
Sabía que debía echar de menos a alguien, pero ese alguien no es al que el resto del mundo cree que echa de menos.
Es un conjunto.
Algo físico.
Algo puramente físico.
Labios, boca, lengua, besos, piel, manos, sudor, risas, susurros, más boca, más lengua, mas risas, más manos, mas piel, mucha piel.
Susurros.
Y la nada.