10.12.13

10 de Diciembre.

¿Cómo seguir vomitando todo lo que siento?
Pues letra a letra. No obligo a nadie a que les caiga bien pero siempre está esa parte de mí que al menos a las personas que me caen bien quiero caerlas bien.
Tengo amigos, o eso creo. Sí, tengo amigos, con los que sé que puedo contar. Los que sé que cuentan conmigo para lo que sea, tanto para las celebraciones como para las tristezas.
Tengo unos cuantos de hace años, más de quince años. Otros que aparecieron por circunstancias que no estaban planeadas. Un par más repartidos por el globo. Y en el último año he conocido a uno de los mejores grupos de personas con los que he tenido la suerte de cruzarme. De no creerse que tanto bueno esté en un mismo grupo de amigos. Es lo que tiene la música, une. Aunque no es de estos de los que quería hablar, hoy no.
Hoy quiero hablar de los que decepcionan. Vale, estoy inmersa en un bucle de miseria pero como ya dije, esto es mío y escribo lo que me da la gana.
De los que decepcionan tengo alguna que otra experiencia.
Lo peor es de los que no te esperas que te decepcionen y además no piensan que te hayan decepcionado. Siguen siendo mis amigos, por que ya ha pasado tiempo, y les quiero. Y sé que si necesito algo están ahí, sólo tengo que pedirlo. Pero supongo que ahí reside el problema. Me cuesta demasiado pedir algo. Poco a poco eso va cambiando, pero sigue siendo muy duro. En este caso no es que no estuvieran ahí, simplemente no contaron conmigo. No quiero que esto suene egocéntrico ni nada por el estilo, pero hay veces que esperas que cuenten contigo, sobre todo si es para pasarlo bien.
Esto no me enfadó, sólo me dejó triste. No puedo enfadarme porque se hayan olvidado de mí. Nunca (normalmente) es con mala intención.
Pero ahí está, la tristeza.


No hay comentarios: